A la Mujer del trabajo:
Mujeres de mujer. Madres, de hijas/os.
Novias de novios. Esposas, “amantes.
O
Amantísimasss esposas. Sencillas o
arrogantes
Esposas, brillante, encendidas, o
apagadas,
según el brillo del cristal, o la
pluma o el papel.
Diste ala luz al hombre, para el bien
del universo.
A tu pecho lo pusiste al poco de
alumbramiento.
Tantas caricias le diste, al hijo de
tus entrañas.
Que no pensaste que un día, otro
regazo tocara.
La mujer, de nuestro tiempo, de
inquietud esta formada.
Para levantar el mundo, a pulso y a
manos blancas.
Mientras este se derrumba, sin agua o
a barrancadas.
Mientras la barbarie azota, por las
personas que mandan.
Quisiera barrer el mundo. Quisiera
limpiar la casa.
De los grandes poseedores, de
hacendados o hacendadas.
Revolverles sus haciendas, sus libros
o sus guadañas,
por si estamos confundidos y se
curraron la pasta.
Lo mismo a los banqueros que con lupa
dibujaban
la letra tan diminuta, que ni a leerla
se acertaba.
¿O seria que toparon con mujeres no
formadas...?
por que solo trabajaron desde niñas su
jornada.
Mientras crecieron sus manos... ya el
trabajo desgastaba.
A la MUJER del trabajo, a la mujer de
la casa.
A la mujer del tirano, como siempre
resignada.
A la madre, a la amiga. A la que pide
la calma.
Hortensia Alcala García
8/Marzo/ 2013
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