DONDE LA VERDAD SE
ESCONDE
Te pedí que me enseñaras a quererte, me entendiste mal
ya que me enseñaste a odiar.
Si alguna vez te lastimé
Déjame llorar mi pena y me enseñas a olvidar.
Si nada tengo para recordar, ¿cómo podré yo olvidarte?
En el silencio de mi mundo entristecido, adormezco mi
desdicha.
Mientras mis manos desnudas y temblorosas, vida de mi vida
aun te tocan en la oscuridad, de la noche.
Como ráfagas de
viento se pierden o se esconden,
confundiendo los días con las noches.
Mi corazón sangrante se quedo al ver que te marchaste.
Como un puñal de fuego ardiente clavado en mi alma…
Justiciero de mi amor… te la llevaste contigo para
siempre.
No tengo fuerzas para seguir viviendo, sin respirar tú
aliento cada noche.
Mi voz callada te llegara, pidiendo que en mi cruz graven
también tu nombre.
Allá en la
eternidad te esperare donde la verdad…
se esconde.
Hortensia Alcalá García
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