SPAGHETTI A LA ITALIANA
Aeropuerto de
Barcelona: dos horas antes de lo previsto; me dirijo a la cafetería a tomar
algo mientras llega la hora del embarque.
No parece haber saturación la crisis se hace notar, se
viaja lo justo y necesario.
En la cafetería hay una mesa libre, me siento y pido un
café con leche. -De mientras miro los mensajes del móvil y como me da tiempo
entro a Internet… pero me llama la
atención que en la silla de al lado alguien se olvido una
bolsa de compra con algo dentro.
Continúo mirando los mensajes: entro al facebook, en el
momento que me llega una invitación, no suelo aceptar tan fácil pero sin pensarlo
la acepte. Y continué mirando las
últimas noticias; nada nuevo por cierto- más crisis- más de lo mismo, recordar
viejos asuntos mientras tapan el actual. ¡Políticos de mierda! Solo me queda de interés las noticias del
tiempo, que la política y el fútbol invaden todas las horas de tv. Lo cual
terminamos los “antipolíticos” “antifutboleros” sentados ante el PC, pues en las computadoras tenemos un abanico
más amplio y más neutral… ¡Dentro esta el mundo!!
Megafonía avisa que
los vuelos de Italia se
adelantan por posibles tormentas.
Tras unas cuantas peripecias, por fin tomo asiento, ¡como siempre algo nerviosa!
Tengo el número 3 de asiento, en el 5 se sienta un hombre que viaja con poco
equipaje. Me llama la atención porque me mira, pero no a mí sino a mi equipaje
de mano.
Yo vuelvo a conectarme al facebook, solamente un amigo
conectado…. es el nuevo contacto, el que acepte en el aeropuerto, nos saludamos
y me dice estar de viaje, yo le digo lo mismo.
Me pregunta si me gusta el Spaghetti Si por supuesto le respondo. Sonreí…el compañero
del asiento nº cinco también sonreía; pero la risa es contagiosa” por tanto no
me extraño.
El me pregunta que
a donde me dirijo, le respondo que a
Italia, que viajo hasta el domingo, que me reuniré con alguien en la Toscana él responde que por eso me gusta el Spaghetti, hace unas risas de las
del teclado... (jajajaja). ….y que coincidencia que el hombre del asiento 5 vuelve
a sonreír.
¡Este viaje no está siendo nada cómodo aunque voy
distraída pero el aparato se mueve mucho,
el fuerte viento se hace sentir y se perdió la cobertura!! …Tras una breve
cabezada, recuperado todo ello,
“furtivamente” volvemos a la conversación.
El me pregunta… ¿Qué
te gusta de la Toscana?
Respondo!!
El paisaje el mar, la música Italiana, las
costumbres rurales y sus gentes… sobre todo
fotografiar y tomar apuntes para pintar y describirlo a manera de relato o al
oleo. Son mis aficiones que me trasladan
a sitios maravillosos para conocer gentes maravillosas.
Así… la charla se alargo mientras avanzábamos al lugar de destino.
El me seguía preguntando, ¡¡yo respondía!! El señor del asiento 5 reía
cuando yo reía, encogía los hombros cuando
no me entendía. Pero yo seguía,
ya no avía tormenta, ni el viento rugía.
La llegada anuncia por megafonía. Cesan los mensajes,
comienzan las prisas. Dos oras más
tarde
Cena en el hotel, ¡¡que angustia la mía!! Pero al
terminar el menú del día, alguien
me pregunta si lo conocía.
- Que susto
más grande, por dios de mi vida, el señor
del vuelo se me aparecía, ¿será
que en Italia los santos vigilan?
-Me pidió la bolsa que encontré ese día
en el aeropuerto en cafetería.
Pues por una bolsa
todo lo que lía, le dije al señor… ¡¡mientras el reía!! Ni sé lo que hay
dentro yo le repetía, le tire la bolsa y lo que contenía, otra de Spaghetti:
vaya tontería” que hacemos la gente por pasar
los días.
- Luego va
y me dice que mañana invita a comer la
pasta y probar el vino… y siguen las citas!! Salidas al campo, verde de las viñas. Cielo y
tierra juntos por la luz del día. Noches
en Florencia, baile y
alegría. El tiempo transcurre
cuantas maravillas.
Llegando
la hora de vuelta a mi cita… ¡por cierto… el amigo
nuevo no entra estos días! ¿Qué
le abra pasado? Le llamo… el compañero” se desvía, abre su móvil… y al
suelo lo tira. Se rompe en
pedazos…. ¡¡Madre de mi vida, que cosas
nos pasan viviendo la vida!! Para una vez que salgo sin más compañía, sin yo
proponerlo me cambio la vida.
Hortensia Alcala García