domingo, 19 de febrero de 2012

Fantasia nocturna




Fantasía nocturna fotos rotas:   El viaje al Norte.

Relato:    

Noche desvelada para Sofía. No concilio el sueño, todos duermen, escucho  la respiración  los murmullos, ronquidos  y algún sobresalto infantil de los  hermanos pequeños.  Tengo miedo, como en estas casas no hay puertas sino cortinas, veo la claridad. Intentare dormir mas tranquila con luz. 

El  sueño y  la   sed, también el  calor. Descalza y con poca ropa, siguiendo el camino de la chopera,  llego a la orilla del rio. En una mano la toalla y en la otra una pastilla de jabón de olor lux. La luna que me acompaño por el  camino, también continua con migo…me ayuda a verme  en el agua. Mi figura esbelta y juvenil  hace que me distraiga  viéndome desde distintos ángulos  y figuras.  Se rompe. Se une. Se rompe. Se une. Se rompe. Se une.  -Cuerpo pequeño, espigado, no tengo rostro. La quietud de la noche pausa las aguas  del rio.   Transformándolas  amanera de espejo. -Grandioso  espejo que   me  incita a mirarme. Aun no veo mi rostro. Se rompe. Se une. Se rompe. Se une. 

 Se oyen las lechuzas o mochuelos nocturnos.  No tengo miedo, no estoy sola. ¡Bajo hasta la orilla!  Mis pies descalzos,  se tocan con el agua. Rio abajo  camino a tiempos  o voy nadando.  Dejándome llevar  hasta el remanso.  Como el fantasma de un campo santo.  Volando vuelvo al arbolado.  Mientras que cielo y agua   se van juntando.  El viento de la noche, mis pies descalzos, las estrellas fugaces  me van guiando.   Por el camino a casa…. voy despertando.


En el autobús 

-Sofía,  despierta llegaras tarde.
  Madre me llama.   Estoy descalza mi calzado estará en el rio.
¿Que dices?
-Nada Madre nada. 

Me  tome el café con leche y  me lleve los churros para comerlos en el autobús.  Camino a Cañaveral  a coger el tren para ir al norte del país.    Maleta de cartón de color teja envejecida. Dentro tan solo un vestido, tres braguitas. Un sujetador  pues de la talla más pequeña, pero sin talla pues fue de lo primero que aprendimos a confeccionar las amigas, mientras los mayores dormían la siesta, nosotras nos hacíamos sujetadores. Entonces decíamos –sostenes.

  Yo  era muy delgadita.

 También llevaba una rebeca ya muy usada, en color gris con rayas rojas. También  unas sandalias. Un velo para ir a misa. Me aburro mucho en misa. El cura riñe y se enfada mucho y yo no se por qué dice que entre todos lo matamos.  Cierto que heridas tiene. Pero yo al menos no se quien se las hizo. Ni supe ni se. Ni creo que entenderé nunca quien, como, ni cuando. Pues en la foto grande que hay en casi todas las casas, colgada por encima de la cama de los padres…están cenando   doce o trece, todos pasándoselo mui bien. Bueno eso no  lo entiendo ¡ya lo dije!

También  llevo una cesta  que hizo mi padre con varas de mimbre, que por esta  tierra hay mucha.  Cuando me vio con ella mi tía me la quito y la tiro por la ventanilla del autobús. Gracias a que ella llevaba comida. Cierto que la cesta era fea, y mucho!  Pero la hizo  Padre, era   en la que yo solía  llevar al campo un huevo frito, pan y una naranja. Que nunca pude comer por que se llenaban de hormigas y, soy muy escrupulosa.

Por cierto, mi abuela me decía cuando niña, que por ser escrupulosa no me casaría nunca. Que en el matrimonio se hacen guarradas. Entonces no se decía hacer el amor.


En el tren 

Ya en el tren. Yo   quería ver todo y por cada sitio que pasábamos, en mi viejo cuaderno el que llevaba a la escuela  fui cogiendo apuntes de los pueblos ciudades y sitios…bien despierta para no perder un detalle. Le prometí a padre que les contaría todo de pe a pa.  También le dije que lo primero que compraría con el sueldo seria un jersey para el y, una rodilla nueva para poner el cántaro de agua en la cabeza cuando Madre vaya a la fuente  a por agua, ¡así no se le cae! 

La situación me superaría. Siempre pensé que jamás me marcharía del pueblo. (Decir que el verano de mi tierra no me gusta ya que hace mucho calor). Yo   quería verlo todo y contarlo. Padre pasamos Plasencia. - Padre cerca de  Béjar. -Ya pasado Salamanca  me da el sueño,  daré una cabezadita de mientras pasamos esta zona de castilla, que  me parece menos agraciada, pues todo esta muy seco y hasta tirita el sol.

 Los asientos del tren son de madera, los vagones van  repletos, pues muchos de los viajeros son soldados que vuelven al cuartel tras el permiso de fin de semana. Aun que es martes ellos comentan entre ellos que  les dejaron  dos días mas de permiso, por su buen comportamiento. -Asique  el miércoles…seguro que tendrían doble sesión de limpiar Armas y  botas. 

En  los tres primeros asientos junto a la puerta de entrada vamos mi tía, mi tío  y yo. Frente a nosotros viajan una pareja de novios y un hombre de más edad, que parece ser viaja solo.

Me  duermo. -que sueño me duermo.
¿Tía donde estamos ya? Me quede dormida.
Cerca de Valladolid, me responde. 

Que calor en este tren…casi todos duermen. Huele mal, como a plátano.  El señor del asiento de enfrente  sonríe de manera algo rara. Algo lleva escondido bajo el pantalón…lo toca  y se ríe. ¿Tía míre por que se ríe ese hombre si esta dormido? Tía mira y me lanza un…cállate Sofía. ...Y no mires.

 Que susto me dio, Yo no hice nada para semejante grito, que se despertaron hasta los soldados. Menos el hombre del pantalón de pana que sele movía algo por dentro. Pero tía bien que miraba con sus vivarachos ojillos azules, haciendo que se cubría los ojos con la mano…pero a mí no me volvió a dejar mirar. -Que asco. 

Volví a pensar en mi familia, creo ser egoísta, seguro que me marcho por no cuidar a mis hermanos. Claro que estoy cansada de no ir a la escuela. De limpiarles  los mocos y las cacas…que huelen a miel. Eso nos lo dicen las madres para que los limpiemos…Que huelen a miel. Después nos manda al arroyo o alas fuentes a lavar los pañales, como si los niños fueran nuestros. Jabonar, solear, jabonar, tender. No pienso casarme. Ni lavar pañales. Ni quitar los mocos. Ni tender la ropa. No guarrada. Seré intocable.

Sean felices. 

 Hortensia.








4 comentarios:

Martha bernal dijo...

No has escrito algún libro ? Te aseguro que gustaría. Besos

hortensia dijo...

No Martha. Seguru que de publicarlos no venderia ni uno....pero gracias por tu buena intención. Un abrazo

Anónimo dijo...

Es tu relato ,de tanta sinceridad y ternura,que en estos tiempos en que abunda la hipocresía y la locura,se agradece este canto,lleno de tanto encanto y de tanta hermosura.

hortensia dijo...

Mil gracias por verlo asi. Saludos

Hortensia Alcalá. Escritora: Sociedad de autores de Euskadi

Sociedad de autores de Euskadi

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