Redacción intimista

 

Redacción  intimista

Tras unos días de sol primaveral, cayeron unas mareas. Hoy con unos tímidos rayos de luz que se cuelan entre las nubes, relucen las hojas blanquecinas y rosáceas, de  flores de   manzano. Un gesto de alegría quizás irreal  recorre mis sentidos, mientras  el chelo, con su son --El cant dels  ocells, invade  mi alma distraída,  en tanto el torrente fluye por las laderas curtidas de ilusiones añejas, disipadas por el tiempo. Mirando al verde lejano se aprecian pájaros que antes se expulsaron por molestar con sus cantos, al igual  que pequeños corzos  perseguidos por jabalís que acuden por lo mismo.  Nadie cuida el campo porque el campo tendría que ser sin dueño sin vallado… lo que estos días de encierro, no cuida nadie.

Mientras todo eso y más sucede  fuera, junto a las vocecitas de los niños que con su sana inocencia continúan sin  entender la causa por la que nadie los saca a jugar al parque o recorrer las calles de la mano de su padre o madre.  Hoy quizás yo me haga la loca y salga descalza a las calles persiguiendo ese rayo de sol, que me acompaña  para ir donde viven mis pequeños y salgan al balcón para poder tirarles un……muchos besos que curen la melancolía que zurce los  sentidos. -Y si viene el alguacil con su libreta, hare alarde de mi edad y, le diré que me perdí y que no sé donde vivo mientras yo les llevo hasta la puerta de mi casa, y les doy las gracias por dejarme ser… solo eso… una pobre loca.

El cant dels  ocells