TE ENCONTRE POR UNA
BOLSA DE SPAGHETTI:
Viernes de un día
de junio. Llego al aeropuerto de Barcelona, dos horas antes de lo previsto. Me
dirijo a la cafetería a tomar algo, mientras llega la hora del embarque.
No parece haber
saturación la crisis se hace notar, se viaja lo justo y necesario.
En la
cafetería hay una mesa libre, me siento
y pido un café con leche. De mientras
miro los mensajes del móvil y
como me da tiempo entro a Internet. Algo me llama la atención; en la silla de al lado alguien se olvido una
bolsa de compra con algo dentro.
Continúo mirando
los mensajes. Entro al facebook, en el
momento que me llega una invitación. No suelo aceptar tan fácil pero sin pensarlo la acepte. Y continué ya mirando las últimas noticias. Nada nuevo por
cierto: Más crisis… más de lo mismo recordar viejos asuntos mientras tapan el
actual. ¡Políticos de mierda! -Solo me queda de interés las noticias del
tiempo. Que los deportes al igual que la
política y el fútbol invaden todas las
horas de tv. Lo cual terminamos los
antipolíticos…! Antifutboleros!!! Sentados ante el PC. Pues en las computadoras
tenemos un abanico más amplio y más neutral…Dentro esta el mundo.
Megafonia; avisa
que los vuelos de Italia se adelantan por posibles tormentas.
Tras unas cuantas
peripecias, por fin ya tomo asiento, ¡como siempre algo nerviosa! Tengo el número 3 de asiento, en el 5 se
sienta un hombre que viaja con poco equipaje. Me llama la atención por que me
mira, pero no a mí sino a mi equipaje de
mano.
Yo: vuelvo a
conectarme al facebook; solamente un
amigo conectado…. es el nuevo contacto, el que acepte en el aeropuerto. Nos
saludamos, y me dice estar de viaje, yo le digo lo mismo.
Me pregunta si me
gusta el Spaghetti Si por supuesto le respondo. Sonreí…el compañero
del asiento nº cinco también sonreía; pero la risa es contagiosa” por tanto no me extraño.
El: me pregunta que a donde me dirijo, -le
respondo que a Italia, que viajo hasta el domingo, que me reuniré con alguien
en la Toscana. El responde que por eso me gusta el Spaghetti, hace unas risas de las del teclado...
(jajajaj). ….y que coincidencia que el
hombre del asiento vuelve a sonreír. Por
cierto unos 20 años menor que yo. Y con unos ojos preciosos…(el muchacho).
Este viaje no esta
siendo nada cómodo aunque voy distraída, pero el aparato se mueve mucho el
fuerte viento se hace sentir. Y se perdió la cobertura y el modo Avión.
-Ya recuperado todo ello, volvemos a la conversación.
El: ¿Qué te gusta
de la Toscana?
Yo: pues me gusta
el olor a pueblo, el olor a mar. Y me encanta la Campiña en verdes diferentes entremezclados con la vid. Las
largas veredas, que te acercan al lado de
enredadores riachuelos. Que me hacen recordar a mi tierra nativa. Junto
al but but de las Abubillas, mientras taladran el
barranco abriendo el hueco donde pasaran un tiempo mientras anidan y sacan sus pequeñas
avecitas. Los repicoteos y repiar, de otros muchos pajarillos que se
adelantaron en primavera y ya están
acabando el engüeramiento para sacar a las nuevas crías.
El: Y que mas cosas
te gustan?
Yo: me gustan las
noches de Florencia; pasear por la calle empedrada, escuchando el taconeo del calzado femenino, genuinamente sexy y tan
alegre como elegante. Al modo de vestir la bella mujer Italiana.
También con el
perfume floral que genera las flores en los antiguos pequeños balcones y ventanas. O colgados de
las fachadas. Y grandes y viejas tinajas
con plantas diferentes, como la
surfinia, o las petunias etc. Y más
reates.
También me gusta Por la noche
visitar en buena compañía el sito más divertido a mí manera de ver. El wine-bars o cocktail-bars. Que ofrece buena programación,
como la posibilidad de escuchar buena música en vivo. Y también se puede
escoger entre diferentes espectáculos de teatro, o la ópera y ,cinema. Todo un gozo la verdad. Recuerdo que allí
vi por primera vez a Luciano Pavarotti
que interpreto la canción Recondita
armonia; Y escuchándola me sentí algo
desplazada y mi alma entristeció. Por que no tuve a nadie a quien mirar a los
ojos y sonreír.
Fue
en ese momento al tiempo ya del aterrizaje…cuando volvimos a cruzar nuestras
miradas el joven del asiento nº5. Él dio
un paso adelante, sin dejar de mirarme y me dijo: Puedo ayudarte? yo no llevo equipaje… lo perdí. Sin retirar la mirada de la suya. Le ofrecí la bolsa, que encontré en
el aeropuerto. La miró al bajar la
escalera y se le cayó rompiendo el papel de regalo. Y me dijo adiós. …Derrame
unas lágrimas!
Por
la noche en el Hotel entré de nuevo al Facebook, escuché de inmediato la
entrada, esta vez al chat…solo me escribió; Gracias por devolverme mi bolsa de Spaghetti.
Hortensia
Alcalá García
20/6/2012
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