¿Quien era
mi abuela?
(X)
Dorita e Irene su mamá, salen de
compras, y de paso al dentista, ya que algunos de los brakets no le
sujetan bien. Sera en la sala de espera donde la chiquilla hace
algunas preguntas a su madre. Pregunta por el abuelo que no
conoció, y que nunca le hablan de el... de como era su abuelo
Agustín, ni de como murió. ¿Mama, no te aburrías sin hermanos?
Yo quiero tener mas hermanos!!¿Querías mucho al abuelo? ¿por que
no tienes fotos con el desde niña.? Aprovechando el rato de espera
Dorita tuvo tiempo de hablar con Irene; pero recibió poca respuesta.
Al salir de la consulta madre e hija se
quedan un ratito mas en la calle. Aunque es otoño la temperatura es
buena. Irene no sale del asombro viendo a su hija cada vez que sale
a la calle compra flores y se pasa por el camposanto a dejarlas en la
tumba de su abuela, pues pasaron años de su muerte.
Hoy no fueron todas blancas, entre
ellas pidió un clavel amarillo y uno rojo. Que con delicadeza
frente la sepultura con lapida de granito blanco, letras negras bien
surcadas...sin crucifijo ni cruz. Separo los claveles de las rosas
blancas y murmuro. ¡¡Dora de mis amores; como tu me decías
ami!! Pásale estas dos a mi abuelo, hazlo si le encuentras.
¡¡Abuela es solo por si te reconoce, que tengas algo para
regalar!! A continuación pregunta a su madre, por la sepultura de
su abuelo Agustín. Esta vez sin respuesta, como tantas otras veces.
Un hombre de mediana edad, bien
parecido, discretamente elegante. Camina con un niño chico, cercano
al sitio donde madre e hija se disponen a marchar. Mientras cada
dos o tres pasos Dorita vuelve la cabeza para con su mirada
despedirse” girando su mano derecha de un lada a otro, y con un par
de lagrimas por su abuela.... “que en el cielo este”.
El hombre que continua caminando a
paso lento con su niño de la mano, también lleva unas flores
amarillas, que según lo que puede ver Dorita, ya desde la
distancia, este señor deja su ramillete en un nicho a buena
altura. Mientras el niño recorretea los alrededores y pregunta a
su padre sin parar.
A la mente de la chiquilla, le llegan
recuerdos e información, y frases, que leería en el diario de su
abuela, algunos nombres, muy confusos. (Teo). “¿Teo donde esta mi
Hijo?
Dorita:
Irene:
Hortensia Alcalá
29/9/2013
2 comentarios:
Un relato precioso y bastante conmovedor. Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Trato de que sea así querida amiga Julia. Es un placer compartir el pensamiento que lo hacemos con tanto amor por lo que nos gusta. Un besito.
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