martes, 1 de octubre de 2013

¿Quien era mi abuela?


¿Quien era mi abuela?

(X)

Dorita e Irene su mamá, salen de compras, y de paso al dentista, ya que algunos de los brakets no le sujetan bien. Sera en la sala de espera donde la chiquilla hace algunas preguntas a su madre. Pregunta por el abuelo que no conoció, y que nunca le hablan de el... de como era su abuelo Agustín, ni de como murió. ¿Mama, no te aburrías sin hermanos? Yo quiero tener mas hermanos!!¿Querías mucho al abuelo? ¿por que no tienes fotos con el desde niña.? Aprovechando el rato de espera Dorita tuvo tiempo de hablar con Irene; pero recibió poca respuesta.



Al salir de la consulta madre e hija se quedan un ratito mas en la calle. Aunque es otoño la temperatura es buena. Irene no sale del asombro viendo a su hija cada vez que sale a la calle compra flores y se pasa por el camposanto a dejarlas en la tumba de su abuela, pues pasaron años de su muerte.

Hoy no fueron todas blancas, entre ellas pidió un clavel amarillo y uno rojo. Que con delicadeza frente la sepultura con lapida de granito blanco, letras negras bien surcadas...sin crucifijo ni cruz. Separo los claveles de las rosas blancas y murmuro. ¡¡Dora de mis amores; como tu me decías ami!! Pásale estas dos a mi abuelo, hazlo si le encuentras. ¡¡Abuela es solo por si te reconoce, que tengas algo para regalar!! A continuación pregunta a su madre, por la sepultura de su abuelo Agustín. Esta vez sin respuesta, como tantas otras veces.


Un hombre de mediana edad, bien parecido, discretamente elegante. Camina con un niño chico, cercano al sitio donde madre e hija se disponen a marchar. Mientras cada dos o tres pasos Dorita vuelve la cabeza para con su mirada despedirse” girando su mano derecha de un lada a otro, y con un par de lagrimas por su abuela.... “que en el cielo este”.


El hombre que continua caminando a paso lento con su niño de la mano, también lleva unas flores amarillas, que según lo que puede ver Dorita, ya desde la distancia, este señor deja su ramillete en un nicho a buena altura. Mientras el niño recorretea los alrededores y pregunta a su padre sin parar.

A la mente de la chiquilla, le llegan recuerdos e información, y frases, que leería en el diario de su abuela, algunos nombres, muy confusos. (Teo). “¿Teo donde esta mi Hijo?

Dorita:

Irene:

Hortensia Alcalá

29/9/2013


2 comentarios:

Julia L. Pomposo dijo...

Un relato precioso y bastante conmovedor. Gracias por compartirlo.
Un abrazo

hortensia dijo...

Trato de que sea así querida amiga Julia. Es un placer compartir el pensamiento que lo hacemos con tanto amor por lo que nos gusta. Un besito.

Hortensia Alcalá. Escritora: Sociedad de autores de Euskadi

Sociedad de autores de Euskadi

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