Llanto de madre
Sabemos las mujeres,
que una vez de ciertas edades nos gusta estar tranquilas. Ya no estamos
pensando en tonterías de amorío ni nada de eso. Decimos que eso es para la juventud. Porque al final los hombres son todos iguales y
nos quieren para saciar sus deseos masculinos,
y tenernos de cocineras y planchadoras...etc. “Coño” yo
personalmente amigas, creo que esto no es así, sino que se negocia con
ellos!! A los de nuestras edades...les costara
aprender, pero si les interesas aprenderán (eso seguro).
...Y es que será
bonito vivir aquello del parque...besos robados al lado del jazmín. ¡¡Como
veinteañeros!! Esperando que se abra la flor. Y poder sentir por todo el cuerpo
el revoloteo suave y silencioso de las
mariposas en tu cuerpo-cuerpo de mayor con alma de niña.
Esa alma grandiosa de mujer generosa; cuerpo y alma de madre indulgente
y dulce. Que dio la luz a otros ojos y
vida a mas vidas, olvidando incluso la suya propia para que a estas no les
falte lo más esencial para crecer, formarse y después volar. -Volar del nido
materno para comenzar con el suyo propio.
Es entonces, cuando la mujer se siente más sola que en lo que lleva de vida. Por que se le
termino el amor; marcharon sus frutos...y la vida parece pararse en el tiempo.
Después pasas unos
años de reflexión, tratando de encontrarte...porque no estás, no vives. La
mujer y madre, queda algo olvidada,
esperando siempre a que alguien le llame...recordándole quizás el único gran
título que posee... ¿Madre como estas? ¿por qué
lloras? ...No estoy llorando hijo...¡¡solo que mi
voz... a veces falla!!.
Un buen día ya cansada de tanta tranquilidad, nos decidimos
a salir algo más a la calle, con o sin
amigas. A un que sea a ejercer de abuela....pero de abuela moderna. Y como siempre tendremos cercano a
donde vivimos un precioso parque… nos acercamos, apartándonos del bullicio de
niños en bicicletas o patinetes. O con un balón de reglamento que pobre del que
le toque el balonazo” etc.
Un buen día te
encuentras sentada, en el banco que esta junto al rosal de rosas rojas, de un
rojo pasión que impresiona. Al lado siempre abra otro rosal de rosas
blancas....junto a un azahar. ¡¡Menuda combinación, de aromas perfumando el
entorno!!.
Un lunes; por la tarde, alguien se acerca también con su
carrito de estos modernos, bien proporcionados y cómodos para que los bebes se
sientan agusto… para eso se lo regalan los
abuelos, para después pasearlos con mucho orgullo. Así además como se
dice...¡¡matamos el tiempo!!.
Como decía: En tanto que lees ese libro que tanto te está
costando terminar, porque para decir
verdad...es que no lo entiendes...y relees una y otra vez, hasta cansarte y lo
dejas en el asiento de madera y te pones
a mirar al cielo por si llueve.
Pues en esto se acerca un señor que se sienta en la otra esquina del banco.
El no comenta nada” pero tú le dirás... ¿no tiene usted algo para ponerle en la
capota del carrito? mire que ahora en esta época anda mucho pajarillo y le pueden caer las cagadas al niño en la
carita?. El señor le mira con su mirada
azul, se pasa la mano por la cabeza “ya
escasito de pelo”...y le responde...pues no-no tengo nada” a mi hijo se le olvido ponerme algo por si
acaso.
No pasó mucho rato para cuando el impertinente y repetitivo pájaro, soltó sus excrementos al
aire.
Alcanzando en medio de la cabeza de Eliseo, ¡¡que así se
llama el hombre de los ojos azules y pequeños!!
Dora: que es el nombre de la señora, que a pesar de sus 62 años, está
muy bien de presencia y de salud!!
Rápidamente haciendo uso de su gran
dominio femenino... se acerco al par de Eliseo, con unas toallitas húmedas
a limpiarle con suavidad lo que el susodicho pájaro le propicio al señor Eliseo. Él con gran nerviosismo, le agradeció
el acto de la mujer, del parque...que dejo el libro en el asiento de madera,
por que
se aburría leyéndolo.
Ella: Dora.
Él: Eliseo.
Hortensia Alcalá
García
1 comentario:
Muy bueno el relato poético,me ha encantado Hortensia.Saludos
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