miércoles, 3 de junio de 2015

Spaghetti a la Italiana


 SPAGHETTI  A LA ITALIANA
 

 Aeropuerto de Barcelona: dos horas antes de lo previsto; me dirijo a la cafetería a tomar algo mientras llega la hora del embarque.
No parece haber saturación la crisis se hace notar, se viaja lo justo y necesario.
En la cafetería hay una mesa libre, me siento y pido un café con leche. -De mientras miro los mensajes del móvil y como me da tiempo entro a Internet… pero  me llama la atención que   en la silla de al lado alguien se olvido una bolsa de compra con algo dentro.
Continúo mirando los mensajes: entro al facebook, en el momento que me llega una invitación, no suelo aceptar tan fácil pero sin pensarlo la acepte. Y continué  mirando las últimas noticias; nada nuevo por cierto- más crisis- más de lo mismo, recordar viejos asuntos mientras tapan el actual. ¡Políticos de mierda!  Solo me queda de interés las noticias del tiempo, que la política y el fútbol invaden todas las horas de tv. Lo cual terminamos los “antipolíticos” “antifutboleros” sentados ante el PC,  pues en las computadoras tenemos un abanico más amplio y más neutral… ¡Dentro esta el mundo!!

Megafonía  avisa que los vuelos de Italia se adelantan por posibles tormentas.

Tras unas cuantas peripecias, por fin  tomo asiento, ¡como siempre algo nerviosa! Tengo el número 3 de asiento, en el 5 se sienta un hombre que viaja con poco equipaje. Me llama la atención porque me mira, pero no a mí sino a mi equipaje de mano.
Yo vuelvo a conectarme al facebook, solamente un amigo conectado…. es el nuevo contacto, el que acepte en el aeropuerto, nos saludamos y me dice estar de viaje, yo le digo lo mismo.
Me pregunta si me gusta el Spaghetti Si por supuesto le respondo. Sonreí…el compañero del asiento nº cinco también sonreía; pero la risa es contagiosa” por tanto no me extraño.
El  me pregunta que a donde me dirijo,  le respondo que a Italia, que viajo hasta el domingo, que me reuniré con alguien en la Toscana  él responde que por eso me gusta el Spaghetti, hace unas risas de las del teclado... (jajajaja). ….y que coincidencia que el hombre del asiento 5 vuelve a sonreír.

¡Este viaje no está siendo nada cómodo aunque voy distraída  pero el aparato se mueve mucho, el fuerte viento se hace sentir y se perdió la cobertura!! …Tras una breve cabezada,  recuperado todo ello, “furtivamente” volvemos a la conversación. 
El  me pregunta… ¿Qué te gusta de la Toscana?      
      Respondo!! El paisaje el mar, la música Italiana,  las costumbres rurales y sus gentes… sobre todo  fotografiar y tomar apuntes para pintar y  describirlo a manera de relato o al oleo.   Son mis aficiones que me trasladan a sitios  maravillosos  para conocer gentes maravillosas.

Así… la charla se alargo mientras  avanzábamos al lugar de destino.
El me seguía preguntando, ¡¡yo respondía!! El señor del asiento  5  reía cuando yo reía, encogía los hombros cuando  no me entendía.  Pero yo seguía, ya no  avía tormenta, ni el viento  rugía.
La llegada anuncia por megafonía. Cesan los mensajes, comienzan las prisas.   Dos oras más tarde 
Cena en el hotel, ¡¡que angustia la mía!! Pero al terminar  el menú del día,  alguien  me pregunta si lo conocía.   
        - Que susto más grande,  por dios de mi vida,  el señor  del vuelo se me aparecía,  ¿será que en Italia  los santos  vigilan?  -Me pidió la bolsa que encontré ese día  en el aeropuerto   en cafetería.
Pues por una bolsa  todo lo que lía, le dije al señor… ¡¡mientras el reía!! Ni sé lo que hay dentro  yo le repetía,  le tire la bolsa  y lo que contenía, otra de  Spaghetti: vaya tontería” que hacemos la gente por pasar  los días. 
         -   Luego va y me dice  que mañana invita a comer la pasta  y probar el  vino… y siguen las citas!!  Salidas al campo, verde de las viñas. Cielo y tierra juntos  por la luz del día.  Noches  en Florencia,  baile y alegría.   El tiempo  transcurre  cuantas maravillas.   

            Llegando la hora de  vuelta a mi cita… ¡por cierto…  el amigo  nuevo no entra estos días!  ¿Qué le abra pasado?  Le llamo…  el compañero” se desvía, abre su móvil… y al suelo lo tira.  Se rompe en pedazos….  ¡¡Madre de mi vida, que cosas nos pasan  viviendo la vida!! Para   una vez que salgo  sin más compañía,  sin  yo proponerlo me cambio la vida.  

 

Hortensia Alcala García

2 comentarios:

José Luis dijo...

Original , Hortensia. Buen relato y adobado de rimas camufladas . . . Muy buen final. sorprendente. imagen sorprendenteeeee....

hortensia Alcala dijo...

Si pues, sentarse aquí y dejar la mente a su antojo.... salen estas cosas.
Gracias.
Saludo cordial

Hortensia Alcalá. Escritora: Sociedad de autores de Euskadi

Sociedad de autores de Euskadi

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