(LA CUENTA DE LA VIEJA)
En la cuerda floja:
Lo mires como lo mires, “la mujer no vale
nada si no tiene libertad”.
¡¡Y digo yo... como se puede contar, como se puede
entender, como debo yo llamar a mi suerte de una vez!!
Cincuenta años van ya desde
que le conocí. Con tan mala suerte que me equivoque,
creyendo mentiras y engaños viví, esperando en vano
de su comprensión. Sola me quedaba y lloraba por mi; me creí
culpable de la sin razón. Solo vi las sombras de la soledad y del
sufrimiento por desilusión.
Llegaron los hijos quise ser feliz. Todo
transcurría de mal en peor; seguía pensando que de todo mal, la única culpable
seguía siendo yo.
-¿Doctor, que me pasa? ¿Por qué sufro yo? ¿Puede usted decirme
si tengo razón?
¡¡El señor doctor rasco la cabeza; se
encendió un cigarro…guardo la respuesta dentro de un cajón!!
La gente escribe al amor, de sus vidas con
fervor, contando las cosas bellas que los años les dejo. Pero no siempre se cuentan las
verdades tal y como son. Por eso lo digo ahora, por eso lo
cuento yo.
Mentiras y más mentiras, comidas, juego y
alcohol. Llorando a lágrima viva la vida he pasado yo.
El corazón no se para mientras no lo
quiera dios, o el destino no lo diga, ya que por sufrimiento
aguantamos las mujeres las cadenas día tras
día. Siempre esperando que cambie, siempre esperando que diga, que
será la última noche que sale por más mentiras.
Perdí dodos mis amigos, perdí toda
mi cuadrilla, pariente y conocidos incluyendo a mi familia.
¡¡Como se pude, llevar una vida tan
compleja y siempre por esperar si él cambia o tu lo dejas!! Que esa
es otra la cuestión, como la cuenta de la vieja. ¡¡Si dejamos
el trabajo para cuidarlos muí bien y darles todo en
bandeja!!
Ahora nos pasa factura o la
“moraleja” el tiene la pensión grande las mujeres la
pequeña. Así seguir aguantando y tragando
las miserias. Miserias y malos ratos, disgusto
que te acomplejan. Ya no sales a la calle, por si en el
pueblo se enteran, que luego los critiqueos o chismorreos te esperan. Que tires por donde tires, que quieras o
que no quieras… si no quieres sufrimiento. Tendrás que pasar
miseria.
Hortensia Alcalá García
2 comentarios:
Personal e intransferible esa reflexión hecha poema, el sello que no se pierda, amiga. Enhorabuena.
Con valentía verdad JLuis; ¡¡es lo que hay... ponerle cara a la vida que solo hay una!!
Gracias amigo
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