Fragmento libro SOPHIA Y LOS FANTASMAS DEL RECUERDO
El
tiempo corre a la velocidad del aire, y Goyo con su santa paciencia continua
encarcelado, sin resistencia alguna. En una de las visitas de Lucia “la niña del columpio, la que también canto
en el coro de su pueblo” ella le pedía información sobre quien o como pudo
meterle en algún lio desembocándolo en
algo como para encarcelarlo. La joven mujer le anima a que se lo cuente: Vamos
Goyo cuéntame algo, ¿Qué hiciste para llegar aquí?
-Puedo jurarte Lucia que no recuerdo
haber hecho nada para ello, y menos algo malintencionado, creo que esto es mi
mala suerte.
Goyo,
no tengo estudios ni dinero, pero sí, muy mala leche y por mis tetas que te
saco de aquí!!
Lucia; ¿cantas como cuando eras niña,
que eras una chavalita?
Y
Lucia se pone en pie, señalándole con la mano y gesto respondón - le dice...!!
Goyiko, no te vayas por los cerros, que te estoy
hablando muy en serio, tu no naciste para estar aquí, y joder…saldrás - de eso
me encargare yo.
-Mira pequeñaja, déjalo así, algún día alguien
dirá quien lo hizo y porque lo pago yo, la vida es cruel para el que trae ya
desde niño la mala estrella – respondió él desde el otro lado de una mesa que
los separaba en la sala de visitas de la
cárcel de Pamplona.
Te diré una cosa Navarriko…, ¡si de
verdad existen los santos tu vas a ser uno… por mártir! Pero yo estaré aquí
para revolverlo todo y sacarte de este sitio, en el que nunca debiste entrar.
Por mis santos cataplines que lo haré.
No digas eso Lucia, déjame llorar mi
pena y tu cuídate y cuida a tu marido que
algún día te pedirá cuentas del porque vienes tanto a visitarme a la
cárcel.
-Yo le diré que porque soy tu amiga,
porque tú eres una gran persona, y porque me sale del….!!
-Entonces él me extendió su mano posándola en las
mías y con un gesto le mostré un beso de
amistad, el me sonrió, y sonó la campana
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