A la Mujer del trabajo.
Mujeres de mujeres, madres e hijas.
Novias de novios, esposas amantes.
Amantísimas esposas sencillas o arrogantes.
Esposas brillantes, encendidas, apagadas,
Oxidadas o brillantes.
Diste la luz al hombre para el bien del universo
-a tu pecho lo pusiste después del alumbramiento.
Tanto cariño le diste al hijo de tus entrañas
-que no pensaste que un día, otro regazo tocara.
La mujer de nuestro tiempo de inquietud está formada,
para levantar el mundo a pulso y a manos blancas,
mientras este se derrumba sin agua o a barrancadas.
Porque la barbarie azota por la incoherencia que ataña.
Quisiera barrer el mundo. Quisiera limpiar la casa
de los grandes poseedores, de hacendados o hacendadas.
Revolverles sus haciendas, sus libros o sus guadañas,
por si estamos confundidos y se curraron la plata.
Lo mismo a los letrados que con lupa dibujaban
la letra tan diminuta, que ni a leer se acertaba.
¿O seria que toparon con mujeres no formadas...
ya que solo trabajaron desde niñas su jornadas?
¡¡Mientras crecían sus manos el trabajo desgastaban!!
A la MUJER del trabajo, a la mujer de la casa.
A la mujer del tirano, como siempre resignada.
A la madre, a la amiga. A la que pide la calma.
A la que llora en silencio y sonríe con el alma.
Es la mujer una estrella
La que alumbra nuestros días.
Es la luz del universo,
la que guía a la familia.
La que cunde en el trabajo
como obrera asalariada.
La que pierde dignidad,
cuando no es bien respetada.
Este grito lanzo al mundo,
a favor de la mujer,
por la igualdad y derechos.
Por la paz…, que digna de todos es.
Autora: Hortensia Alcalá García
Día internacional de la mujer.
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