LA COSECHA DEL AMOR: (Narración poética 1º)
Que puedo ya decir que no haya dicho. Que puedo hacer ya que no haya hecho. Si aventurada salgo a los caminos. Buscando mi razón y no la encuentro.
Busco mi razón de ser, mi razón de vivir.-Busco al amado de mi alma. Me desvelo en medio de la noche solitaria, sintiendo el frió de la soledad. En mi corazón llevo sellado tu rostro oculto, que no me deja ver la claridad. ¿Será que este amor es tan fuerte como la propia muerte?
Dentro del sepulcro celosa de su oscuridad te busco- busco tu alma. Implacable en la noche eterna. Los celos abrasan mi espíritu y te busco perdida en llamaradas. No hay agua que pueda saciar mi sed y apagar el fuego que arde en mis entrañas.
Consulte a mi destino... ¡respondió que por mi sufriendo estaba! Cirios encendidos que ni las muchas aguas pueden extinguir, en el sentir de una mujer enamorada. Bebería el agua de esos ríos si el poder de este fuego se acabara.
Te llamo, me respondes: Me respondes-oigo tu voz, puedo ver tu rostro acalorado. Siento tu mano en mi cuerpo; y tu olor con perfume enamorado.
Tus caricias en mi rostro sonrosado me hacen estremecer siempre a tu lado. Ya no hay muros que separen este amor que con tanto sufrimiento hemos forjado.
Caminamos de la mano, sembramos la cosecha en primavera. La recogeremos en verano. Beberemos el zumo exquisito de la vid. Derrochando nuestro amor ensalzaremos el himno que entre los dos hemos forjado.
Ya la casa no notara la ausencia, ni sentirá el dolor ya del pasado.
Hortensia Alcala García.
Que puedo ya decir que no haya dicho. Que puedo hacer ya que no haya hecho. Si aventurada salgo a los caminos. Buscando mi razón y no la encuentro.
Busco mi razón de ser, mi razón de vivir.-Busco al amado de mi alma. Me desvelo en medio de la noche solitaria, sintiendo el frió de la soledad. En mi corazón llevo sellado tu rostro oculto, que no me deja ver la claridad. ¿Será que este amor es tan fuerte como la propia muerte?
Dentro del sepulcro celosa de su oscuridad te busco- busco tu alma. Implacable en la noche eterna. Los celos abrasan mi espíritu y te busco perdida en llamaradas. No hay agua que pueda saciar mi sed y apagar el fuego que arde en mis entrañas.
Consulte a mi destino... ¡respondió que por mi sufriendo estaba! Cirios encendidos que ni las muchas aguas pueden extinguir, en el sentir de una mujer enamorada. Bebería el agua de esos ríos si el poder de este fuego se acabara.
Te llamo, me respondes: Me respondes-oigo tu voz, puedo ver tu rostro acalorado. Siento tu mano en mi cuerpo; y tu olor con perfume enamorado.
Tus caricias en mi rostro sonrosado me hacen estremecer siempre a tu lado. Ya no hay muros que separen este amor que con tanto sufrimiento hemos forjado.
Caminamos de la mano, sembramos la cosecha en primavera. La recogeremos en verano. Beberemos el zumo exquisito de la vid. Derrochando nuestro amor ensalzaremos el himno que entre los dos hemos forjado.
Ya la casa no notara la ausencia, ni sentirá el dolor ya del pasado.
Hortensia Alcala García.
4 comentarios:
Hola Hortensia, escribes muy bien, me acuerdo cuando empezaste y tengo que felicitarte.
Espero verte en mi casa, si puedes.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Muchas gracias sor.
Últimamente ando limitada de tiempo, demasiadas cosas, pero ya me pasare por tu casa.
Un abrazo fuerte.
Hortensia
Yo también ando de cabeza, mañana tengo la Presentación de mi libro en la feria del Libro de Valencia.
Espero que tengas tiempo de ver mi última entrada, te gustará.
Un abrazo
Gracias sor, si que me pasare. Llegue hace unas horas del pueblo de visitar a mi madre y allá no tengo señal para Internet, así que no pude entrar. Un saludo amiga
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