SILENCIOS
CALLADOS
Como quisiera volver al tiempo,
Retomar mi vida, volver al comienzo.
Raíces profundas que apenas recuerdo
Aquellas raíces que olvidó el silencio.
Silencios callados: callados o inciertos.
Siiii!! No digas nada, las paredes oyen y
rejas no quiero. Llanto y más llantos y muchos
desprecios. Aquella chiquilla piel de terciopelo.
Cargando la ropa, tabla lavadero
con una rodilla sobre mi cerebro.
Camino al arroyo, el camino viejo
mis tiernas manitas rompían el hielo.
Pobre niña pobre, el polvo en el suelo
abrojos punzantes clavan en
mis dedos
aquellos deditos de niña tan tiernos
sandalias de goma verano e invierno.
Tropel de caballos se oyen a lo lejos
voces de pastores, don-don de cencerro
que avisan que toros vienen desde lejos,
subirse a la encina ¡¡corre, que no hay tiempo!!
Pobre niña pobre, llorando en silencio
por miedo del toro,también del vaquero.
Culebras, lagartos y escorpiones negros,
cruzan los caminos caluroso infierno.
Rebaños de cabras, pastores, cabreros
Sombreros mojados...van a
paso lento
con su manta al hombro, cigarrillo negro.
Sombras del camino de carrascos muertos.
En la viejha cesta la comia
llevu, un “cachu”
de pan, naranjha y un huevu, agua del arroyu [versos en Castúo]
con mi manu bebu. Por que
hay que comel, que
hambri no tengu, por que
hay que bebel y
de sed me mueru.
Pobre niña pobre, sin libro de texto, solo una
pizarra con un lapicero.
Dos y dos son cuatro
que dicen los viejos y si ellos lo dicen; yo todo
lo creo. Creencias sin dudas y mucho respeto.
De mientras la ropa que lavo y la tiendo
vuelan por mi mente muchos pensamientos.
Conocer quisiera otro mundo nuevo
donde no haya arroyos, ni ropa, en el cesto.
Ya: tiempos lejanos que me fui y no he vuelto.
Miedos olvidados, futuro más cierto, mente
mas despierta, zapatos ya tengo y medias de seda
y vestidos nuevos. Crecieron las manos de niña en silencio.
Pasaron los años, vuelven los recuerdos
aquellos de antaño de tanto silencio.
Buscar mis raíces es lo que ahora quiero.
Raíces profundas buscar en
mi pueblo.
Un mundo embarrado es lo que ahora encuentro
terrenos baldíos, recuerdan a muertos.
No encuentro el arroyo, ni gente en el pueblo.
Mis manos de niña, fruncidas observo.
Campos de algodones ya todos desiertos.
Pobres campesinos de trabajo exentos.
Malditos recortes, miseria
en los pueblos.
Triste Extremadura, es lo que me encuentro.
Pobre niña pobre...sin raíz ni pueblo.
Hortensia Alcalá García
Juno: seudónimo concurso Mérida
2 comentarios:
Es una belleza lo que has escrito, toda una vida reflejada en tu poema, que al ser autobiográfico adquiere una sublime dimensión. Mis más sinceras felicitaciones.
Abrazos.
Bueno amigo Rafael, se procura no pensar mucho en el pasado pero a veces algo lo hace volver.
Agradezco mucho tu buena opinión.
Recibe igualmente mi fuerte abrazo de amistad.
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