SILENCIOS CALLADOS
Como, quisiera, volver al tiempo!!
Retomar, mi vida, volver, al comienzo.
Raíces profundas, que apenas recuerdo
aquellas raíces, que olvidó el silencio.
Silencios callados; callados o inciertos.
Siiii!! No digas nada, las paredes oyen y
Rejas no quiero.
Llanto, y
más llanto y muchos
desprecios; aquella chiquilla, piel de terciopelo.
Cargando la ropa, tabla lavadero;
con una rodilla sobre su cerebro…
camino al arroyo, el camino viejo,
sus tiernas manitas,
rompían el hielo.
Pobre niña pobre, el polvo en el suelo,
abrojos punzantes, clavan
en sus dedos;
aquellos deditos, de niña, tan tiernos…
sandalias de goma, verano… o invierno.
Tropel de caballos, se oyen a lo lejos;
voces de pastores, din-don, de cencerros,
que avisan que toros vienen desde lejos.
Súbete a la encina ¡¡corre, que no hay tiempo!!
Pobre niña… pobre, llorando en silencio;
por miedo del toro, también… del vaquero…!!
Culebras, lagartos, y escorpiones negros;
cruzan, los caminos…, caluroso infierno.
Rebaños de cabras, pastores, cabreros.
Sombreros mojados...van a paso lento…
con su manta al hombro, cigarrillo negro;
sombras del camino de, charrascos muertos.
En captuo: Estrofa lengua nativa.
En la viejha cesta, la comia llevu, un “cachu”
de pan, naranjha y un huevu; agua del arroyu,
con mi manu bebu. Porque
hay que comel, que
jhabri no tengu; porque hay
que bebel y
de sed me mueru.
Pobre niña pobre; sin libro de texto, solo una
pizarra con un lapicero.
Dos y dos son cuatro
que dicen los viejos!! Y si
ellos lo idin; yo todo
lo creu. Creencias sin duda, y mucho respeto.
De mientras la ropa, que lavo y la tiendo
vuelan por mi mente, muchos pensamientos.
Conocer quisiera otro mundo nuevo
donde no haya arroyo, ni ropa en el cesto.
Ya: tiempos lejanos que me fui y no he vuelto.
Miedos olvidados, futuro más cierto, mente
mas despierta…, -zapatos ya tengo, y medias de seda
y vestido nuevo.
Crecieron mis manos de niña en silencio.
Pasaron los años, vuelven los recuerdos,
aquellos de antaño de
tanto…, silencio,
Buscar mis raíces es lo que
ahora quiero.
Raíces profundas buscar en mi pueblo.
Un mundo embarrado es lo que me
encuentro.
Terrenos baldíos, recuerdan
a muertos.
No encuentro el arroyo, ni gente en el pueblo.
Mis manos de niña fruncidas observo.
Deja que me mire; un poco al espejo… por si
las arrugas, son; solo un reflejo de esta luz tan pobre.
Me comprare otra.., que no tenga arrugas,
ni cabellos blancos.
Guardare las manos dentro del bolsillo
les pondré mas crema y nuevos anillos.
Y con zapatos nuevos seguiré pisando.
Saltare
los ríos cerros, y quebrados.
Surcare las tierras, senderos vallados.
Ya no hay labradores.
¿Dónde los mandaron?
Malditos recortes…, miseria en los pueblos.
Triste Extremadura, es lo que me encuentro.
Pobre
niña pobre...sin raíz ni pueblo.
Auto
poesía:
Hortensia
Alcalá García

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