lunes, 1 de febrero de 2021

Silencios callados - auto poesía


 

SILENCIOS CALLADOS

 

Como, quisiera, volver al tiempo!!

Retomar, mi vida, volver, al comienzo. 

Raíces profundas, que apenas recuerdo

aquellas raíces, que olvidó el silencio. 

Silencios callados;  callados o inciertos.

Siiii!! No digas nada, las paredes oyen y

Rejas no quiero. 

 Llanto, y más llanto  y muchos

desprecios; aquella chiquilla, piel de terciopelo.

Cargando la ropa, tabla lavadero;

con una rodilla sobre su cerebro…

camino al arroyo, el camino viejo,

sus  tiernas manitas, rompían el hielo.

 

Pobre niña pobre, el polvo en el suelo,

abrojos punzantes,  clavan en sus  dedos;

aquellos deditos, de niña, tan tiernos…

sandalias de goma, verano… o invierno.

 

Tropel de caballos, se oyen a lo lejos;

voces de pastores, din-don, de cencerros,

que avisan que toros vienen desde lejos. 

Súbete a la encina ¡¡corre, que no hay tiempo!!

 

Pobre niña… pobre, llorando en silencio;

por miedo del toro, también… del vaquero…!!

Culebras, lagartos, y escorpiones negros;

cruzan, los caminos…, caluroso infierno.

 

Rebaños de cabras, pastores, cabreros. 

Sombreros mojados...van a paso lento…

con su manta al hombro, cigarrillo negro;

sombras del camino de, charrascos muertos. 

 

En captuo: Estrofa lengua nativa.

 

En la viejha cesta, la comia llevu, un “cachu”

de pan, naranjha y un huevu; agua del arroyu,

con mi manu  bebu. Porque hay que comel, que

jhabri  no tengu; porque hay que bebel  y

de sed me mueru.  

Pobre niña pobre; sin libro de texto, solo una

pizarra  con un lapicero. Dos  y dos son cuatro

que dicen los viejos!!  Y si ellos lo idin; yo todo

lo creu. Creencias sin duda, y mucho respeto. 

De mientras la ropa, que lavo y la tiendo

vuelan por mi mente, muchos pensamientos.

Conocer quisiera otro mundo nuevo

donde no haya arroyo, ni ropa  en el cesto.

 

Ya: tiempos lejanos  que me fui y no he vuelto.

Miedos olvidados, futuro más cierto, mente

mas despierta…, -zapatos ya tengo, y medias de seda

y  vestido nuevo. 

Crecieron mis  manos de niña en silencio. 

Pasaron los años, vuelven los recuerdos,

aquellos de antaño  de tanto…,  silencio,

Buscar mis raíces  es lo que ahora quiero.

Raíces profundas buscar en mi pueblo. 

Un mundo embarrado es lo que me  encuentro.

Terrenos baldíos, recuerdan  a muertos.

No encuentro el arroyo, ni gente en el pueblo.

Mis manos de niña fruncidas observo.

 

Deja que me mire;  un poco al espejo… por si

las arrugas, son; solo un reflejo de esta luz tan pobre.

Me comprare otra.., que no tenga arrugas,

 ni cabellos blancos. Guardare las manos dentro del bolsillo

les pondré mas crema y nuevos anillos.

 Y con zapatos nuevos seguiré pisando. 

 Saltare los ríos cerros, y quebrados.

Surcare las tierras, senderos vallados.

 

Ya no hay labradores. 

 ¿Dónde los mandaron? 

Malditos recortes…, miseria en los pueblos.

Triste Extremadura, es lo que me encuentro.

Pobre niña pobre...sin raíz ni pueblo.

Auto poesía:

Hortensia Alcalá  García

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Hortensia Alcalá. Escritora: Sociedad de autores de Euskadi

Sociedad de autores de Euskadi

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