Un mal sueño: Sátira
Me desperté soñando y escuché mi voz de niña clamando Mamá, y me asusté, ¡¡porque aquella era mi voz!! Algo extraño en la garganta me impedía respirar. Sin abrir los ojos vi a mí alrededor la materia blanca de embriones transeúntes flotando en el vacío. - Quise hacer la vista atrás - la memoria me falló, y no puedo recordar donde me encontraba yo.
Será cierto que ya antes alguien en algún lugar y con mucha sapiencia, escribió que tenemos que estar preparados porque cuando nos llame la muerte no podremos escapar ni decir - aún no. Si tenemos miedo para no dejarla entrar, nos atrapara. Sin mentira o sin verdad.
Desde ese momento pasaremos a formar parte invisible de materia blanca- huevos vacíos; porque los aburrieron o los mataron a tiros. Y por no ser de creencias como todos los demás; el de las llaves del cielo no los dejará pasar. Y para siempre que es nunca; o toda la eternidad quedaremos en el limbo como lelos, esperando una mejor vida como dicen que es el cielo.
…Y si la conciencia es pobre o de mala voluntad, donde flotan los embriones será donde quedaras; en la nada suspendidos sin poder mirar atrás, el que se muere no vuelve esa es toda la verdad.
Si no preparamos en buenas condiciones el último equipaje vamos a quedar muy mal, para siempre suspendidos en busca de la verdad. Y es que soñar no cuesta nada si son buenas experiencias- tan solo poder dormir sin pedir cuentas a nadie y menos a la conciencia- esperando despertar con la mente descansada al descargar la conciencia, que sea como el agua clara y con buena transparencia.
Hortensia Alcalá García
Reflexión poética
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