El truhan de madrugada.
El:
Durante la noche, las estrellas han
intentado dibujar tu imagen en el firmamento, haciendo nacer una luna
encantada de resplandor nacarado, engalanada de una cola de nubes
como si fuera una novia, la noche húmeda, amante del aroma de tu
cuerpo, te busca desde la lejanía para bañar tu piel, antes de que
el amanecer como un vil amante en el ritual del amor y sortilegios
acuda a ti para despertarte. Impotente, ve que no solo el amanecer
carmesí de un nuevo día le hace comprender que su hora de
acariciarte pasó, que es la luz del día la que quiere con su
herejía amarte, pues es la luz de los ojos de un truhán oteando el
horizonte, esperando que el sol asome para darte los buenos días.
Ella:
Desde la luna de mi ventana, vi esa
imagen que en el cielo dibujabas.
El nácar, y el resplandor, iluminando
tu cara, como amante que se acerca,
mientras la noche esta en calma.
Mientras enciendo una vela, mientras llega
la mañana.
Que silenciosa es la noche cuando
esperas hasta el alba. Para verte
como entras sin hacer ruidos... y
callas!! Cuando te quitas la ropa para meterte
en la cama. Y yo te digo bajito; no
hagas ruido que ya es mañana. Que las calles
ya están puestas, las puso la
madrugada. Que me lo contó la luna, mientras que
yo te esperaba, cuidando con tanto
esmero, como fiesta engalanada. Vestida con
raso blanco como una novia que aguarda,
al truhan de media noche, al truhan de madrugada.
Al truhan de buenos días. A ese
truhan...de mañanas. Buenos días.
Hortensia Alcala García
No hay comentarios:
Publicar un comentario