Esperar el nuevo día
Dueto: Raimon Hortensia
En un momento puse mi mirada en el corazón. Me doy cuenta que hoy
me falta una húmeda mejilla donde dejar mi beso y unos brazos de donde colgar
mi nostalgia cuando todos crean que ya es hora de considerar que ha pasado el
tiempo. Pero hoy lo que necesito son tus labios para dejar en ellos mi gratitud
por los momentos y tener tu cintura entre mis manos para saber que existimos.
Hoy deberíamos estar juntos, con una tímida vela como única testigo, deseando
que un golpe de viento, que indiscreto entre por alguna traidora rendija,
cierre los ojos indiscretos de la luz y entonces vayamos a celebrar, sin prisa
pero con paciencia, con la música de nuestros cuerpos, hasta esa hora en que
recibamos la nueva fecha en el límite del paroxismo, con un orgasmo de
felicidad infinita. Y acordaríamos perseguir la medianoche por el mundo y
celebraríamos así, borrachos de gozo, hasta que nos alcanzasen las fuerzas, y
luego regresaríamos y exhaustos cerraríamos los ojos hasta que uno de los dos,
en un suspiro, de nuevo haga la luz.
....Y la luz se hará como se hace cada día cuando
en un momento del sueño se despista la mente y nos hace saltar la propia atalaya de nuestro cuerpo...mientras
frotamos bruscamente las persianas de nuestros luceros que nos alumbraran, para ver o apreciar la pura realidad del sueño. De nuestro sueño, El que nos hace vibrar y extasiar con ellos.
Podemos plenamente....ver como se desmaya una
flor en la lejanía fascinante.
Dejando brillar la luz que oculta a la anterior. Mientras el corazón
estruja mi cerebro, Que se deshace en
corrientes e inmensos arróyales silenciosos para no despertar el letargo, que retrae el esfuerzo que hacen
los pies al querer y no poder acercar la lejanía tan agobiante.
Al final...Se hizo la luz, y con ella la neblina
tímida, empalagosa e impertinente. El viento no apago la vela, que alumbro los
momentos gozosos del éxtasis. El beso en
la mejilla siguió al abrazo gozoso que precede al nuevo día.
Hortensia Alcalá García
2 comentarios:
Brillante prosa, brillante luz. Regálame la última frase.
Jajajaja (El beso en la mejilla siguió al abrazo gozoso que precede al nuevo día) Toma cual de ellas mejor quieras. Jajaja. Con un beso nuevo, y mis gratitudes por leerme.
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