(Llanto de amor, por un beso en sus manos)
Pasados los días de las añoranzas y de los buenos deseos. – Toca
la reflexión, ya se ve el mundo diferente,
- mejor dicho se ve como lo que es, sin
disimulos ni falsos halagos con los mejores deseos. La vida y los
transeúntes y vecinos de
esta, somos como somos, es así.
Hoy un día después de las entrañables
fiestas y a pesar de los -5ºc. Salí a
comprar, lo que se compra los sábados; Queso, verduras, huevos de caserío que al menos los ponen las gallinas que están en el prado. Y comen y pican y cantan. Están contentas, cuando
depositan el huevo en el nidal, informan
al Gallo con un arrullo” de que ya está lista…que cumplió con su labor, y el
Gallo lo canta en voz alta, para que todo el gallinero
sepa que él es el Rey del prado, el más machote!! Mientras la Gallina cabizbaja se aleja
cacareando, y con un revoleteo se pone a comer lo que encuentre por entre la tierra.
-Pues como decía, antes Salí y me tope, con una mujer conocida, que al igual que cada
año, nos felicitamos las pascuas
navideñas… ¿Qué tal como estáis? –le pregunte…y
se quedo pensativa y me respondió… ¡igual que los últimos 4 años!!
Tras una pausa para recuperarme le di la mano, mientras nos miramos moviendo
la cabeza, casi sin saber que decir. - ¿Solos?-
Le pregunte y me respondió que sí; relatándome lo mismo que en otras ocasiones.
- El no me recuerda, no me reconoce…,
pero le gusta estar junto ami, le gusta mi calor. Cuando le doy de comer me sonríe,
¡¡Me mira con sus ojitos azules….me sonríe!!
-
Mientras ella sigue apretando mi mano, me dice ¡Qué le vamos a hacer!!
Qué
impotencia casi avergonzada me sentí. -Ellos
ni sé si están casados, ya que se
les hizo tarde para conocerse, pero fueron valientes y felices “Durante
poco tiempo eso sí” Lo que no pensarían
fue lo que el destino traicionero les
tenía reservado. ..”Malditos destinos.” -Pero seguimos la conversación y me conto como pasaron
los días “Entrañables…” los días
de amor y de paz…. Los días familiares, Los mágicos días de besos y solidaridad. (Los dos
metidos en la cama para no sentirse solos).
- Ella
no soltaba mi mano. - Mientras me conto lo que tenía que contarle a alguien, así
en los últimos años. Y me dijo que unos días antes va acarreando y preparando
comidas que guardara para esos días, pues
que con más de 80años ella no
puede hacer grandes cosas. Pero si las
hace, ya que además de comidas le
atiende a él, lo cuida y lo mima. Y para
poder estar con el muy juntitos, se
mete en la cama para que no se sienta solo: que no le gusta
estar solo porque quiere que ella le hable…y le habla…y le cuenta cosas,
y le hace reír… y luego de que se ríen
aunque “él solo en su mundo sepa que fue
lo que le hizo gracia…”la atrapa con gestos
y pestañeos… para que no pare de hablarle de contarle cosas. - Le cuenta
historias de cuando se conocieron, de
cómo le decía ella… ¡¡Para quieto que
tienes las manos muy largas… mira que ya somos mayores!! Eso le dice ella
mientras le besa la mano que tiene de su lado de la cama. Y que el parece entenderla. Aunque
a nadie más le entienda nada.
Ella
me decía, que cuando le hace reír se emocionan los dos y tiene que cambiarle el pañal, diciéndole ¡mira que tengo que cambiarte que
te hiciste pis…!! Que huele como los
niños. Ahora en su pensamiento ella recuerda cuando cambio pañales con otros
olores, aquellos olían a bebe. Este huele a lo que huele. ..Pero hay que
cambiarlo y limpiarlo, para que él se sienta bien. Para que ya limpio duerma un sueño, que ella
aprovechara para hacerle la cena, una cena que él tomara con su ayuda y una
pajita. Y ella que es años mayor que él, la tomara en puré, ya que también a de
cuidarse. En algunos momentos, el se
pone serio y unas lagrimas le resbalan
por sus mejillas, mientras extiende la mano para que le de muchos besos….muchos
besos!! –muchos, muchos besos. Así
mientras se le pasa el llanto y a continuación le ofrece un zumo o un caldito,
con ayuda de una pajita lo tomara
despacio… ¡¡Venga despacio mi amor!! Eso
le dice ella y se tranquiliza. Se tranquiliza porque ella aun siendo de día, continua
con él en la cama, no dormirá a de
cuidarle, así de cerca, esos días que ella pidió permiso en la Residencia de Mayores, para tenerlo cerca y no descuidarlo… para recuperar el tiempo que no pueden estar
juntos… ella sacrifica con mucho gusto sus paseos, sus salidas a la
peluquería o lo que le haga falta,
pues ya no hay tiempo que perder lo que
quisieran es parar el tiempo… que no terminen los días ni las noches. Que nunca es hora de quedarse sola, que
quiere tenerlo para cuidarlo y ella
tener fuerzas para vivir.
Este es un relato de amor y entrega en la última etapa de la
vida.
Autora:
Hortensia Alcalá García.
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